El Gobierno se ha negado a disolver los ayuntamientos gobernados por los proetarras de ANV, alimentando todas las suspicacias de quienes ven en ello una maniobra electoralista o nuevos «gestos» hacia el entorno terrorista, en lo que podría ser una reedición de sus negociaciones. El que las nieguen ahora solo hace recordar que ya las negaron cuando las estaban teniendo y pueden volver a mentir. Porque haber, hay elementos jurídicos y herramientas legales suficientes para que los terroristas no sigan aprovechando cargos y dineros públicos.
Lo que el PSOE no tiene es voluntad política para impedirlo.
Justo el día en que la UE incluía en su lista de «terroristas» a los partidos políticos ANV y el PCTV (lo que descolocó un poco más al Gobierno), el Congreso debatió una moción de la diputada Rosa Díez(UPyD) , que pedía al Gobierno disolver en un plazo de tres meses las corporaciones locales de ANV. Después del veto del portavoz socialista, a una iniciativa del PP sobre el mismo asunto, la moción de Díez sirvió para que los partidos y el Gobierno descubrieran su firmeza (o falta de ella) contra el entorno de ETA, a tan sólo tres meses de las elecciones autonómicas vacas.
Y el Ejecutivo, que rinde pleitesía a un PNV que apoya -con glotonería de trasferencias- unos presupuestos ridículos y ficticios, parece que no tiene esa firmeza necesaria para expulsar a los terroristas de las instituciones y amenaza incluso con cederles aún más dinero de nuestros bolsillos.
El Guadalquivir 
Si se debate el «cuándo y cómo» es porque el PSOE no está de acuerdo con el «cuanto antes» sino sólo con el «cuando a mí me convenga». Es verdad que la ciudadanía quiere resultados. Y es el gobierno del PSOE quien se los está negando. ¿Por qué? Por puro calculo electoralist que antepone los intereses coyunturales del partido a los generales de la nación. Y eso a pesar de que cada día que pasa es un día más en que puede haber nuvos muertos.
¿¡Cómo qué no se puede hacer solo cumplir y hacer cumplir la ley?!, lealtad es lo que los ciudadanos pedimos al Gobierno. Nos ha mentido en tantas ocasiones que ahora no tenemos porque creer que la vía de la negociación haya sido cerrada, «cosas veredes» y me temo que, encubierta en el secretismo, volverán a negociar con ETA.